Podemos definir la Demografía como la ciencia que tiene como objetivo el estudio de las poblaciones humanas y trata su dimensión, estructura, evolución y características generales, considerados desde un punto de vista cuantitativo. Principalmente se basa en estadísticas para estudiar la estructura y dinámica de las poblaciones humanas y las leyes que rigen sus comportamientos.
El fenómeno demográfico es más característico en Sevilla por tratarse de una de las ciudades con más historia, por ello su demografía ha ido modificándose según las etapas. Estableceremos como punto de partida del crecimiento demográfico el siglo XVI.
SIGLO XVI
A finales del siglo XVI era la ciudad más poblada de España, con cerca de 150.000 habitantes, y la más cosmopolita del Imperio hispánico. Estas particularidades se deben principalmente a que gozaba del monopolio del comercio con América por real decreto, lo que provoca que gran número de comerciantes, sobre todo genoveses, fuesen a la ciudad para negociar con los galeones que llegaban de las Indias. En Sevilla se mezclarán todo tipo de clases sociales, desde nobles hasta pequeños comerciantes y pícaros.
Se producirá un acontecimiento decisivo para entender los cambios demográficos ya que entre el 14 de diciembre de 1568 y abril de 1570 estalló la rebelión de los moriscos granadinos que fue sofocada con prontitud y cierta facilidad, debido a que no se extendió a la península y no recibió apoyos del exterior.
Tras sofocar el levantamiento, el rey decretó su dispersión por diferentes lugares de la península (entre 1569 y 1574) y afectó a unas 80.000 personas, uno de los lugares a los que se les envió fue Sevilla.
Para comprobar las cifras de habitantes debemos acudir al padrón de 1571 que responde a una real cédula de Felipe II en la que pedía una relación detallada del número de vecinos, para proceder a hacer el repartimiento de moriscos en ese reino.
En 1533 había 55.000 habitantes debido a que la población estaba diezmada por malas cosechas, epidemias o hambrunas. La población aumentará hasta alcanzar cerca de los 100.000 en el año 1571, y a más de 120.000 en 1588, esto supone un incremento de la población durante el siglo XVI.
Las collaciones más pobladas eran las del centro, principalmente el Sagrario, El Salvador, La Magdalena, y Santa Ana. Todas ellas estaban pobladas por nobles, mercaderes y artesanos. Eran el centro de la vida económica y religiosa de la ciudad.
SIGLO XVII
En el siglo XVII Sevilla cae en una profunda decadencia económica y urbana. Hay que destacar un hecho impactante en la demografía: la gran epidemia de peste de 1649 que arrasó con unas 60.000 personas, es decir el 46% de la población existente, pasando Sevilla de 130.000 a 70.000 habitantes.
Pero también hay que tener en cuenta que el número de religiosos de la ciudad de Sevilla aumenta. La Iglesia está marcada por su espíritu contrarreformista y esto marca también la ciudad, ya que se convierte en ciudad-convento por el gran número de religiosos (en 1671 existen 45 monasterios de frailes y 28 conventos femeninos).
Otro factor clave es el alto número de personas que viven al margen de la ley, dedicadas al crimen, al fraude o a la prostitución. Este fenómeno se producía en diversos lugares, pero en Sevilla alcanzó notoriedad, y es que la ciudad hasta entrado el XVII fue el centro del comercio con las Indias y por ello un foco de atracción y refugio de maleantes.
El fenómeno demográfico es más característico en Sevilla por tratarse de una de las ciudades con más historia, por ello su demografía ha ido modificándose según las etapas. Estableceremos como punto de partida del crecimiento demográfico el siglo XVI.
SIGLO XVI
A finales del siglo XVI era la ciudad más poblada de España, con cerca de 150.000 habitantes, y la más cosmopolita del Imperio hispánico. Estas particularidades se deben principalmente a que gozaba del monopolio del comercio con América por real decreto, lo que provoca que gran número de comerciantes, sobre todo genoveses, fuesen a la ciudad para negociar con los galeones que llegaban de las Indias. En Sevilla se mezclarán todo tipo de clases sociales, desde nobles hasta pequeños comerciantes y pícaros.
Se producirá un acontecimiento decisivo para entender los cambios demográficos ya que entre el 14 de diciembre de 1568 y abril de 1570 estalló la rebelión de los moriscos granadinos que fue sofocada con prontitud y cierta facilidad, debido a que no se extendió a la península y no recibió apoyos del exterior.
Tras sofocar el levantamiento, el rey decretó su dispersión por diferentes lugares de la península (entre 1569 y 1574) y afectó a unas 80.000 personas, uno de los lugares a los que se les envió fue Sevilla.
Para comprobar las cifras de habitantes debemos acudir al padrón de 1571 que responde a una real cédula de Felipe II en la que pedía una relación detallada del número de vecinos, para proceder a hacer el repartimiento de moriscos en ese reino.
En 1533 había 55.000 habitantes debido a que la población estaba diezmada por malas cosechas, epidemias o hambrunas. La población aumentará hasta alcanzar cerca de los 100.000 en el año 1571, y a más de 120.000 en 1588, esto supone un incremento de la población durante el siglo XVI.
Las collaciones más pobladas eran las del centro, principalmente el Sagrario, El Salvador, La Magdalena, y Santa Ana. Todas ellas estaban pobladas por nobles, mercaderes y artesanos. Eran el centro de la vida económica y religiosa de la ciudad.
SIGLO XVII
En el siglo XVII Sevilla cae en una profunda decadencia económica y urbana. Hay que destacar un hecho impactante en la demografía: la gran epidemia de peste de 1649 que arrasó con unas 60.000 personas, es decir el 46% de la población existente, pasando Sevilla de 130.000 a 70.000 habitantes.
Pero también hay que tener en cuenta que el número de religiosos de la ciudad de Sevilla aumenta. La Iglesia está marcada por su espíritu contrarreformista y esto marca también la ciudad, ya que se convierte en ciudad-convento por el gran número de religiosos (en 1671 existen 45 monasterios de frailes y 28 conventos femeninos).
Otro factor clave es el alto número de personas que viven al margen de la ley, dedicadas al crimen, al fraude o a la prostitución. Este fenómeno se producía en diversos lugares, pero en Sevilla alcanzó notoriedad, y es que la ciudad hasta entrado el XVII fue el centro del comercio con las Indias y por ello un foco de atracción y refugio de maleantes.
SIGLO XVIII
El siglos XVIII sevillano evoca un siglo anterior cargado de catástrofes que incluía el resultado de la pérdida del 50% de la población en las plagas que asolaron dicho siglo.
En 1755 se produjo un terremoto, y tuvo consecuencias negativas, de hecho llegó a prohibirse la construcción extramuros, por lo que la población censada a mediados de siglo no alcanzaba los 80.000 habitantes.
Un elemento importante en la demografía de este siglo es la Real Fábrica de tabacos. Sevilla sufrirá temporalmente una disminución en el número de habitantes, puesto que a finales del siglo XVIII no alcanza los 100.000 habitantes, pero el auge del tabaco aliviará paulatinamente ese declive. El número de trabajadores en la fabricación de tabaco fue en aumento incesante a lo largo del siglo, así a mediados de siglo, en las instalaciones de San Pedro (junto a la parroquia homónima) se supera la cifra de 600 operarios, y en las décadas finales, ya en las nuevas fábricas, los 1200 sólo en las tareas de polvo.
SIGLO XIX
En agosto de 1800 comienzan los primeros casos en Triana de una epidemia de fiebre amarilla americana, que rápidamente se extiende a través del Guadalquivir, las autoridades intentaron frenarlo pero fue prácticamente imposible. La epidemia durará hasta principio de 1801, y la población pasará de 80598 a los 65.000 habitantes.
La capital andaluza alcanzará los 97.000 habitantes al finalizar el reinado de Fernanado VII, y los 134.000 en 1857, llegando a los 150.000 a final de siglo. Se produjo por tanto un crecimiento demográfico progresivo, pero la evolución iba ligada al desarrollo rural, impropio de la revolución industrial, contraria a otras ciudades españolas como Barcelona o Bilbao.
El siglos XVIII sevillano evoca un siglo anterior cargado de catástrofes que incluía el resultado de la pérdida del 50% de la población en las plagas que asolaron dicho siglo.
En 1755 se produjo un terremoto, y tuvo consecuencias negativas, de hecho llegó a prohibirse la construcción extramuros, por lo que la población censada a mediados de siglo no alcanzaba los 80.000 habitantes.
Un elemento importante en la demografía de este siglo es la Real Fábrica de tabacos. Sevilla sufrirá temporalmente una disminución en el número de habitantes, puesto que a finales del siglo XVIII no alcanza los 100.000 habitantes, pero el auge del tabaco aliviará paulatinamente ese declive. El número de trabajadores en la fabricación de tabaco fue en aumento incesante a lo largo del siglo, así a mediados de siglo, en las instalaciones de San Pedro (junto a la parroquia homónima) se supera la cifra de 600 operarios, y en las décadas finales, ya en las nuevas fábricas, los 1200 sólo en las tareas de polvo.
SIGLO XIX
En agosto de 1800 comienzan los primeros casos en Triana de una epidemia de fiebre amarilla americana, que rápidamente se extiende a través del Guadalquivir, las autoridades intentaron frenarlo pero fue prácticamente imposible. La epidemia durará hasta principio de 1801, y la población pasará de 80598 a los 65.000 habitantes.
La capital andaluza alcanzará los 97.000 habitantes al finalizar el reinado de Fernanado VII, y los 134.000 en 1857, llegando a los 150.000 a final de siglo. Se produjo por tanto un crecimiento demográfico progresivo, pero la evolución iba ligada al desarrollo rural, impropio de la revolución industrial, contraria a otras ciudades españolas como Barcelona o Bilbao.
SIGLO XX
Si a comienzos de siglo había en Sevilla unos 150.000 habitantes, en la segunda década del siglo XX comenzarán las primeras inmigraciones masivas de gentes del campo a la ciudad, hasta alcanzar los 200.000. En esta etapa se abrirán jardines como el Parque de María Luisa, se rehabilitará el barrio de Santa Cruz, se construirá un nuevo puerto para permitir el crecimiento del tráfico portuario…
En la posguerra destacará el Plan de ordenación de 1946, al finalizar la Guerra Civil, Sevilla superará los 300.000 habitantes. Pero no habrá transformaciones en las primeras años de los cuarenta, debido al estado lamentable en que quedó el conjunto de España tras el conflicto bélico. Surgirán barriadas de baja calidad y de escasa importancia, como la de Pedro Parias o la Huerta del Pilar, que vinieron a paliar situaciones conflictivas ante la escasez de viviendas y el aumento de población. También empezarán a crecer dos lejanos núcleos: Torreblanca y Bellavista.
En los años cincuenta, la situación política y económica del país mejora, por ello comenzará en la ciudad una intensa actividad constructiva, y llegarán a alcanzarse los 375.000 habitantes. Es clave el papel de organismos oficiales y de inmobiliarias privadas que levantarán más de 43.000 viviendas, por lo que se mejorará la situación de alojamiento, y se producirá el abandono del uso residencial del casco antiguo.
En la década de los 60, destaca el Plan General de Ordenación urbana (1962) debido al intenso desarrollo económico que se da en el país. Es entonces cuando se produce la gran expansión territorial de Sevilla, hasta alcanzar los 450.000 habitantes.
En la década de los 70 se alcanzan los 550.000 habitantes, pero el proceso de expansión de Sevilla se paraliza porque es una etapa de estancamiento económico, en el que se ocupan los espacios vacíos dejados por anteriores operaciones. En el casco histórico comienzan a construirse bloques de pisos, y en la periferia se levantan nuevos barrios con viviendas de mejor calidad y dimensión.
En las últimas décadas del siglo XX, el crecimiento demográfico se mantiene, y a finales contará con más de 700.000 habitantes. En los años ochenta, el Sector Secundario sólo emplea al 35% de la población activa. El Sector Terciario alcanza el 62% de la población, por lo que es el más importante de la economía sevillana. En este fenómeno influye decisivamente que Sevilla se constituya como capital de Andalucía.
Como en el resto de grandes ciudades españolas, en la última década de siglo XX se produce la formación del Área Metropolitana en torno al núcleo central de la Capital. Las localidades que circundan la ciudad constituyen por lo tanto una ampliación de ésta. En los términos colindantes se instalan industrias, almacenes, urbanizaciones y núcleos de pisos y viviendas unifamiliares de todo tipo a través de un circuito de vías de comunicación en una verdadera red urbana sin espacios rurales intermedios. A causa de este proceso de reconversión de sus primitivas actividades y su ocupación por nuevos inmigrantes urbanos, estas localidades originariamente rurales, se han transformado en ciudades dormitorio gracias al influjo expansivo de Sevilla. El Área Metropolitana sevillana integra 34 municipios limítrofes, con una superficie de 2.216 Km2, y una población en 1985 de 1.500.000 habitantes.
Si a comienzos de siglo había en Sevilla unos 150.000 habitantes, en la segunda década del siglo XX comenzarán las primeras inmigraciones masivas de gentes del campo a la ciudad, hasta alcanzar los 200.000. En esta etapa se abrirán jardines como el Parque de María Luisa, se rehabilitará el barrio de Santa Cruz, se construirá un nuevo puerto para permitir el crecimiento del tráfico portuario…
En la posguerra destacará el Plan de ordenación de 1946, al finalizar la Guerra Civil, Sevilla superará los 300.000 habitantes. Pero no habrá transformaciones en las primeras años de los cuarenta, debido al estado lamentable en que quedó el conjunto de España tras el conflicto bélico. Surgirán barriadas de baja calidad y de escasa importancia, como la de Pedro Parias o la Huerta del Pilar, que vinieron a paliar situaciones conflictivas ante la escasez de viviendas y el aumento de población. También empezarán a crecer dos lejanos núcleos: Torreblanca y Bellavista.
En los años cincuenta, la situación política y económica del país mejora, por ello comenzará en la ciudad una intensa actividad constructiva, y llegarán a alcanzarse los 375.000 habitantes. Es clave el papel de organismos oficiales y de inmobiliarias privadas que levantarán más de 43.000 viviendas, por lo que se mejorará la situación de alojamiento, y se producirá el abandono del uso residencial del casco antiguo.
En la década de los 60, destaca el Plan General de Ordenación urbana (1962) debido al intenso desarrollo económico que se da en el país. Es entonces cuando se produce la gran expansión territorial de Sevilla, hasta alcanzar los 450.000 habitantes.
En la década de los 70 se alcanzan los 550.000 habitantes, pero el proceso de expansión de Sevilla se paraliza porque es una etapa de estancamiento económico, en el que se ocupan los espacios vacíos dejados por anteriores operaciones. En el casco histórico comienzan a construirse bloques de pisos, y en la periferia se levantan nuevos barrios con viviendas de mejor calidad y dimensión.
En las últimas décadas del siglo XX, el crecimiento demográfico se mantiene, y a finales contará con más de 700.000 habitantes. En los años ochenta, el Sector Secundario sólo emplea al 35% de la población activa. El Sector Terciario alcanza el 62% de la población, por lo que es el más importante de la economía sevillana. En este fenómeno influye decisivamente que Sevilla se constituya como capital de Andalucía.
Como en el resto de grandes ciudades españolas, en la última década de siglo XX se produce la formación del Área Metropolitana en torno al núcleo central de la Capital. Las localidades que circundan la ciudad constituyen por lo tanto una ampliación de ésta. En los términos colindantes se instalan industrias, almacenes, urbanizaciones y núcleos de pisos y viviendas unifamiliares de todo tipo a través de un circuito de vías de comunicación en una verdadera red urbana sin espacios rurales intermedios. A causa de este proceso de reconversión de sus primitivas actividades y su ocupación por nuevos inmigrantes urbanos, estas localidades originariamente rurales, se han transformado en ciudades dormitorio gracias al influjo expansivo de Sevilla. El Área Metropolitana sevillana integra 34 municipios limítrofes, con una superficie de 2.216 Km2, y una población en 1985 de 1.500.000 habitantes.
EL PASO A LA MODERNIDAD
Sevilla es a día de hoy una ciudad de gran atractivo turístico, conserva el mayor casco histórico- artístico de Europa. Entre sus monumentos más famosos se encuentran la Giralda y la Torre del Oro, ambos de origen árabe.
Con el cambio de siglo, en términos demográficos, la ciudad de Sevilla experimentó un ligero crecimiento, de tener una población de 700.716 habitantes a 1 de enero del año 2000 a 702.520 el 1 de enero del 2001. Sevilla seguía situándose, por aquel entonces, en el cuarto puesto de las ciudades más pobladas por encima de Zaragoza y Málaga, y sólo por debajo de Madrid, Barcelona y Valencia, sin embargo fue la ciudad, donde el crecimiento fue menos notable
Sevilla es a día de hoy una ciudad de gran atractivo turístico, conserva el mayor casco histórico- artístico de Europa. Entre sus monumentos más famosos se encuentran la Giralda y la Torre del Oro, ambos de origen árabe.
Con el cambio de siglo, en términos demográficos, la ciudad de Sevilla experimentó un ligero crecimiento, de tener una población de 700.716 habitantes a 1 de enero del año 2000 a 702.520 el 1 de enero del 2001. Sevilla seguía situándose, por aquel entonces, en el cuarto puesto de las ciudades más pobladas por encima de Zaragoza y Málaga, y sólo por debajo de Madrid, Barcelona y Valencia, sin embargo fue la ciudad, donde el crecimiento fue menos notable
En el año 2005, con el propósito de la desconcentración y en aras de buscar la participación ciudadana, la capital de Sevilla se divide en once distritos y 108 barrios. Todos ellos, se erigen en torno a una junta municipal de distritos, con sus respectivos delegados, oficinas administrativas y representantes de las asociaciones de vecinos de la zona.
El distrito de la Macarena, situado en pleno centro histórico de la ciudad, protegido por las murallas y su historia se halla íntimamente ligada a los monumentos religiosos; el distrito de Triana que debe su nombre al emperador romano Trajano, que nació en la Península Itálica; el distrito de Nervión, ubicado en el área central del municipio; distrito Casco Antiguo, que limita al sur con los distritos Sur y Los Remedios; Bellavista- La Palmera, ubicado en el sur del municipio de Sevilla; Cerro- Amate, que se localiza en el este del municipio; distrito Este, limita al sur con el municipio Alcalá de Guadaira; distrito Los Remedios, situado en el suroeste del municipio; distrito Norte, limita al sur con los distritos de Triana, Macarena y San Pablo- Santa Justa, situado en el área central del municipio y distrito Sur, que limita al Este con los municipio Dos Hermanas y Alcalá de Guadaira. En este momento la población alcanzaba los 704.154. Y al año siguiente (2006) subió a 704.714.
Con la entrada del 2007, se producía la mayor caída de población, bajando del límite de los 700.000, quedando con una población de 699.145 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En los dos años siguientes la población volvió a crecer de forma ligera con 699.759 y 703.206, respectivamente.
En el periodo 2010-2011, Sevilla tenía una población 704.198 y 703.021, respectivamente. En el tránsito de un año a otro, la población volvía a caer aproximadamente en 1.177 habitantes, según el informe poblacional de la ciudad hispalense, elaborado por Sevilla Global y en el que revela que sólo cuatro distritos de la ciudad han crecido demográficamente. Los que han tenido un incremento de población más notable son el Casco Antiguo y Bellavista- La Palmera con 1623 y 1302 habitantes, respectivamente. En el polo opuesto, Macarena y Sur tienen un crecimiento negativo con 1059 y 883 habitantes menos, respecto al año 2010.
En total, Casco Antiguo tenía 59.843 habitantes, un 8,51% de la población; Macarena, 77.706 ; Nervión, 51.635; Cerro Amate, 43.984; Sur, 74.476; Triana, 50.195; Norte, 73.994; San Pablo-Santa Justa, 63.215; Este, 98.067; Bellavista-La Palmera, 38.699 y Los Remedios 25.026.
En 2012, último año contabilizado hasta la fecha, Sevilla ha perdido 666 habitantes, con lo que se sitúa en 702.355 vecinos, con el padrón actualizado, Sevilla está actualmente al mismo nivel de población que estaba a principios del siglo XXI.
El distrito de la Macarena, situado en pleno centro histórico de la ciudad, protegido por las murallas y su historia se halla íntimamente ligada a los monumentos religiosos; el distrito de Triana que debe su nombre al emperador romano Trajano, que nació en la Península Itálica; el distrito de Nervión, ubicado en el área central del municipio; distrito Casco Antiguo, que limita al sur con los distritos Sur y Los Remedios; Bellavista- La Palmera, ubicado en el sur del municipio de Sevilla; Cerro- Amate, que se localiza en el este del municipio; distrito Este, limita al sur con el municipio Alcalá de Guadaira; distrito Los Remedios, situado en el suroeste del municipio; distrito Norte, limita al sur con los distritos de Triana, Macarena y San Pablo- Santa Justa, situado en el área central del municipio y distrito Sur, que limita al Este con los municipio Dos Hermanas y Alcalá de Guadaira. En este momento la población alcanzaba los 704.154. Y al año siguiente (2006) subió a 704.714.
Con la entrada del 2007, se producía la mayor caída de población, bajando del límite de los 700.000, quedando con una población de 699.145 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En los dos años siguientes la población volvió a crecer de forma ligera con 699.759 y 703.206, respectivamente.
En el periodo 2010-2011, Sevilla tenía una población 704.198 y 703.021, respectivamente. En el tránsito de un año a otro, la población volvía a caer aproximadamente en 1.177 habitantes, según el informe poblacional de la ciudad hispalense, elaborado por Sevilla Global y en el que revela que sólo cuatro distritos de la ciudad han crecido demográficamente. Los que han tenido un incremento de población más notable son el Casco Antiguo y Bellavista- La Palmera con 1623 y 1302 habitantes, respectivamente. En el polo opuesto, Macarena y Sur tienen un crecimiento negativo con 1059 y 883 habitantes menos, respecto al año 2010.
En total, Casco Antiguo tenía 59.843 habitantes, un 8,51% de la población; Macarena, 77.706 ; Nervión, 51.635; Cerro Amate, 43.984; Sur, 74.476; Triana, 50.195; Norte, 73.994; San Pablo-Santa Justa, 63.215; Este, 98.067; Bellavista-La Palmera, 38.699 y Los Remedios 25.026.
En 2012, último año contabilizado hasta la fecha, Sevilla ha perdido 666 habitantes, con lo que se sitúa en 702.355 vecinos, con el padrón actualizado, Sevilla está actualmente al mismo nivel de población que estaba a principios del siglo XXI.